viernes, 18 de noviembre de 2011

- "No me gusta planchar... parejas" - Consultorio de la Doctora Jekyll

Querid@s Lectores,

No me gusta planchar.

Esa es la conclusión a la que llegué el otro día hablando con una amiga.

No es algo nuevo. Nunca me ha gustado. Y, si me gusta poco planchar ropa, me niego en redondo a planchar parejas.

"Ya está la doctora entrando en fase Miss Hyde y desvariando sin sentido...", os estareis diciendo, seguro; pero no, me explico.

Encontrar pareja es como comprarte un traje. Buscas, comparas -a veces te los pruebas jejeje-, pero siempre intentas que te quede lo mejor posible en el momento en que decides llevártelo para casa.

El problema es que, si no miras bien las etiquetas, puede que, al poco de ponértelo, te des cuenta de que la tela era de mala calidad: Encogerse, dar de si, desteñirse, deshilacharse,... de todos los defectos que puede tener un traje -o una pareja- el peor es que se arrugue.

No es tan grave pensará más de un@; pero para mí es de los peores.

  • Encoger: Desde luego es incómodo y, según el nivel de encogimiento, puede hacerte sentirte constreñida e incluso asfixiarte. Afortunadamente para ti, ya que al final se vuelve tan incómodo que dejas de usarlo.

  • Dar de si: De repente te das cuenta que hay bolsas donde no deberían de haberlas, que se llenan de silencio y que acaban por deformar la imagen que tienes de ti misma. Fácil. Si veo que unos pantalones suspenden la "prueba de lápiz"* sin que ni siquiera yo esté dentro... no duran mucho en mi armario. Es fácil de detectar y fácil de tomar la decisión.
    * Si no sabes qué es la prueba del lápiz... No te preocupes, espera unos años. jejeje.

  • Desteñirse: A ver... no es un gran defecto. Tan sólo es que, ese color brillante del que te enamoraste y que te iluminaba la cara, con el uso va desapareciendo. Puedes seguir usándolo, pero sabes que no te queda bien y no se suele tardar demasiado en sacarlo del armario.

  • Deshilacharse: Si es de mala calidad al poco tiempo o, si es de buena, al mucho, ves que empieza a tener "agujeritos" y que pierde cosas que tenía. Cuando llegas a ese punto, a no ser que le tengas mucho, mucho cariño, pues sueles hacer "plan renove".

y por fin...

ARRUGARSE:
Un defecto sutilmente irritante y que no se puede solucionar porque viene de fábrica.

Te lo pones al salir de casa y parece perfecto, pero... a los pocos minutos va apareciendo una arruguita, una arruga, una arrugota... y parece que se multipliquen -como los granos el día antes de la regla-, haciéndote sentir incómoda, cada vez más incómoda; porque, aunque tú sepas que no es culpa tuya, el caso es que te da la sensación que todo el mundo te mira y piensa: "¡mira como lleva el traje, seguro que no lo cuida y no lo ha planchado!".

Sin embargo, lo peor de todo es que, cuanto más te mueves, cuanto más activa es tu vida... el traje cada vez se arruga más; pero claro, no te decides a tirarlo, porque en el fondo sigues pensando que no lo planchaste bien, utilizaste el jabón inadecuado o es tu culpa porque no tienes cuidado, no sabes sentarte bien o deberías ser más tranquila...

La cuestión es... ¿tenemos que adaptarnos nosotros al traje o el traje a nosotros?

¿Qué hay de malo en crecer, luchar, correr...? ¿Qué hay de malo en recibir medallas? ¿Qué hay de malo en querer que los demás te vean bien?

Si el traje se te arruga cuando eso pasa... es que es de mala calidad y lo mejor es cambiarlo por otro.

Así que, nada de lino o algodón de baja calidad para mí.

Quiero un traje de lycra para que crezca conmigo, de goretex para que me impermeabilice cuando luche, de gasa para que no me pese al correr, de lana para que me abrigue cuando haga mal tiempo, de paño para que sea un uniforme al que le queden bien las medallas y de seda para que cuando me envuelva en él me sienta la más bella del mundo.

¿Pido mucho? No, sólo lo que todos nos merecemos.

Aquí os pongo mi lista de entradas como Consultorio de la Doctora Jekyll

Entradas populares