jueves, 25 de octubre de 2012

- "Fragmento 4" de "Una venganza magistral" por Victoria Hyde

Por petición popular, después de tiempo sin hacerlo... un nuevo trocito.

Una de mis escenas favoritas... Lo bueno si corto...


FRAGMENTO 4


Ante el tono displicente de Eric, Marc apoyó las palmas contra la mesa con agresividad.

–Insinúas que ...

–¿Queréis pechuga o muslo? –pregunté, poniendo la fuente entre ambos–. No es por presumir, pero el pavo con manzanas me queda riquísimo. Marc ¿pechuga o muslo?

Por un instante pensé que mi plato estrella iba a acabar de nuevo bajo la mesa, Eric hasta retiró su coleta negra hacia atrás…, pero al final Marc respondió:

–Pechuga.

–De acuerdo, pechuga entonces. ¿Y tú Eric?

–Muslo.

Y su mano se puso sobre el mío bajo la mesa.

Sobresaltada, estuve a punto de trinchar la mesa en lugar de la cena.

–Déjame a mí –se apresuró a decir Empar quitándome el cuchillo, al ver cómo miraba a su único hijo mientras lo empuñaba.

Eric sólo me sonrió. Bueno, me enseñó los dientes.

Tanteé la mesa.

–¡Un tenedor! –exclamó Empar–. Gracias Sara, era justo lo que me hacía falta – y me lo arrebató.


- Continuará... -

Por: Victoria Hyde

Si queréis leer algun trocito más de mis historias en curso, visitad: Novelas en construcción.

martes, 23 de octubre de 2012

- "El abuelo que saltó por la ventana y se largó" - Jonas Jonasson

El abuelo que saltó por la ventana y se largó

Calidad Muy buena congelado
Título: El abuelo que saltó por la ventana y se largó
Título Original: HUNDRAARINGEN SOM KLEV UT GENOM FÖNSTRET OCH FÖRSVANN
Serie: Independiente
Autor: Jonas Jonasson
Editorial: Salamandra
Colección: Narrativa
Año: 2012
Género: Contemporánea, Policiaco, Histórico, Aventuras, Humor.


Sinopsis: A los cien años, aún queda mucho por vivir...
Momentos antes de que empiece la pomposa celebración de su centésimo cumpleaños, Allan Karlsson decide que nada de eso va con él. Vestido con su mejor traje y unas pantuflas, se encarama a una ventana y se fuga de la residencia de ancianos en la que vive, dejando plantados al alcalde y a la prensa local. Sin saber adónde ir, se encamina a la estación de autobuses, el único sitio donde es posible pasar desapercibido. Allí, mientras espera la llegada del primer autobús, un joven le pide que vigile su maleta, con la mala fortuna de que el autobús llega antes de que el joven regrese y Allan, sin pensarlo dos veces, se sube con la maleta, ignorante de que en el interior de ésta se apilan, ¡santo cielo!, millones de coronas de dudosa procedencia. Pero Allan Karlsson no es un abuelo fácil de amilanar. A lo largo de su centenaria vida ha tenido un montón de experiencias de lo más singulares: desde inverosímiles encuentros con personajes como Franco, Stalin o Churchill, hasta amistades comprometedoras como la esposa de Mao, pasando por actividades de alto riesgo como ser agente de la CIA o ayudar a Oppenheimer a crear la bomba atómica. Sin embargo, esta vez, en su enésima aventura, cuando creía que con su jubilación había llegado la tranquilidad, está a punto de poner todo el país patas arriba.



CRÍTICA:
Una vez lees la dedicatoria de este libro… entiendes la forma en que está narrado. Como si estuvieses sentado frente a una chimenea o en el rincón menos bullicioso de un bar de toda la vida, escuchando como el mejor narrador de tu pueblo, el más anciano, y el que sabe cuando hablar y cuando callar para dejarte con ganas de más, te estuviese contado una historia. La historia de un hombre… peculiar.

Un centenario que, el día de su cumpleaños, decide saltar por la ventana –sí, he dicho saltar– de la habitación de la residencia de ancianos dónde vivía y largarse. Largarse en zapatillas de estar por casa, porque tampoco se lo pensó mucho una vez que se le ocurrió y sin ningún destino en particular.

Pero Allan no es un anciano corriente y la policía, los mafiosos, el fiscal y la hermana Alice van a tener más dificultades de las que se creían en encontrarlo.

En su larguísima vida –según nos cuenta el narrador, intercalando capítulos de pasado y presente– ha estado mezclado en la mayor parte de los grandes conflictos de los últimos cien años (y a veces jugando un papel pequeño pero imprescindible para que los acontecimientos se decantasen hacia un lado u otro bando), conocido a la gran parte de los líderes y/o dictadores mundiales de esa época y recorrido gran parte del mundo.

Hijo de un fogoso idealista revolucionario demasiado en avance para su época y una madre que tuvo que mantenerlos a ambos cuando el padre se fue a buscar un lugar en el que luchar con mayor comodidad, Allan creció con una curiosa visión de la vida. Como bien lo resumió su madre: "Las cosas son como son y el futuro será el que será".

Esto lo convierte en un hombre, no optimista, tampoco resignado, quizás la palabra exacta sería... "despreocupado".

Las cosas que suceden no son buenas, ni malas, sólo cosas. Y esta filosofía de vida se extiende también a su moral que no es que sea inexistente, sino más bien distraída y depende en la mayor parte de las ocasiones de, si el que tiene delante es amable, divertido y le cae bien en el momento, sin juzgar nada más sobre él... Y si le invita a beber.

De su padre aprendió que nunca hay que fiarse de un hombre que no bebe y de su madre... que nunca hay que fiarse de un hombre que no sabe cuando no beber.

Y si quereis saber qué piensa de las mujeres... tendréis que leer el libro.


De esta forma va formando curiosas amistades, con presidentes americanos, dictadores españoles, científicos rusos, visionarios chinos, emigrantes españoles, rateros suecos, políticas indonesias y otra serie de personajes de distinto calado.

Con una educación reglada casi inexistente, una inteligencia muy por encima de la media, un caracter afable, acostumbrado al trabajo duro, con la pequeña mala costumbre de hacer explotar cosas (y a veces personas), Allan consigue llegar a los cien años sin en realidad proponérselo y acumulando gran cantidad de anécdotas.

Quizás su secreto es que Allan Karlsson no espera nada extraordinario de su existencia. Una cama para dormir, comida cuando lo desee, algo que lo mantenga ocupado y la posibilidad de tomar un trago de vez en cuando... sólo si falta esto último, empieza a ponerse inquieto.

O si desaparece lo único que realmente le ha importado en la vida:

Y con este bagaje, con unas rodillas que le molestan demasiado a menudo y convertido en fugitivo, por el más puro azar -y porque no le cayó bien alguien- Allan consigue mantener en jaque a toda la polícia sueca, eludir a una ristra de matones de la mafia, rodearse de una tropa de personajes asociales y tan peculiares como él y encontrar la la forma de sacar de Suecia a un elefante fugado.

Mi opinión una novela original. Muy original. Con una forma de narrar que me ha encantado... y una saturación de historia bélica y política, para mí que no soy una apasionada de ninguna de las dos cosas. A pesar de ello, consigue narrartelo de forma entretenida, didáctica y con un humor tan negro que casi parece inglés.

Quizás lo que menos me ha gustado de la novela es uno de los rasgos más característicos, esa moralidad despreocupada del protagonista. Como opinión de lo más personal, me irritaba zonas sensibles en ocasiones.

Resumiendo. Una muy buena novela de intriga e ironía política/bélica.
El listado actualizado de libros a los que le hecho ficha está en Hojeando por si queréis echarle un vistazo.

Entradas populares